Uno de los temas centrales de este publicación es el Metaverso, como bien sugiere su nombre. Podemos tener alguna idea de qué significa dado que Facebook lo ha puesto de moda, pues lo ha relacionado con el cambio de marca que ha realizado en el pasado otoño. Ahora el grupo ha pasado a llamarse Meta y cuenta que va a hacer una inversión millonaria para que el Metaverso sea una realidad para que sea accesible al gran público en un horizonte de 10 años (no perdamos de vista que gran parte de la tecnología está disponible; se trata de reducir los costes para hacerla accesible). El concepto de Metaverso no es algo nuevo. Ha pasado a primera línea gracias a las publicación de noticias gracias a la campaña de marketing que ha puesto en marcha Mark Zuckerberg.
Así pues, definamos Metaverso de una forma llana, de forma que sea comprensible también para aquellos que toman contacto por primera vez con él. Se trata de la experiencia de usuario dentro de lo que se llama el Internet inmersivo. Pasamos desde la pantalla de nuestro móvil hasta las gafas de realidad virtual y toda una serie de sensores distribuidos por nuestro cuerpo gracias a los que se virtualizarán el resto de sentidos, sobre todo el tacto. Es decir, significa sumergirnos en Internet y sustituir las interacciones que hacemos con nuestros móviles, por una realidad alternativa con la que interaccionamos con el tacto y la vista fundamentalmente.
Esto que hemos definido de una forma tan somera tiene muchas aristas, la principal de las cuales es la creación de una nueva economía basada en el Blockchain, criptomonedas y NFT (tokens no fungibles). Dedicaré artículos posteriores a explicar estos conceptos de la economía digital, detallando qué relación tiene con lo que vamos a contar aquí.
Lo que sigue es una predicción- a la vista de la tecnología hardware ya disponible- de cómo las aplicaciones para encontrar pareja van a evolucionar en esta década. Y para ello lo vamos a contar siguiendo los pasos típico que ya muchos conocemos de cómo interaccionan los usuarios y usuarias en la aplicación más extendida: Tinder.
Sign up
Cuando en el futuro abra una nueva cuenta, la aplicación me pedirá una serie de datos básicos, el más importante de los cuales será el conjunto de fotos que subiré como recla.
En el mundo del Metaverso, las fotos serán sustituidas por un holograma de mi cuerpo, el cual se desenvolverá en el espacio virtual que habré elegido previamente como escenario: una playa, un gimnasio, una ciudad con rascacielos… Es decir el equivalente a los fondos de las fotos. La persona que me encuentre podrá interactuar con mi holograma; por ejemplo, girándolo con gestos para contemplar mi cara y mi cuerpo desde diferentes ángulos y hacerse una buena idea de mis características físicas.
También podrá leer mi descripción y los mensajes que quiero transmitir: personalidad, gustos, preferencias. Los podré imprimir en los tableros que me proporcionará la aplicación para mostrarlos de forma creativa en mi escenario de presentación. Aunque también los podrá recitar mi holograma con mi voz real, que probablemente será la opción más efectiva para captar la atención de la persona. Estos mensajes de voz los grabaré al crear el perfil, y el holograma los vocalizará en sincronización con los movimientos de los labios.
¿Recuerdas los mensajes transmitidos mediante hologramas en la saga de la Guerra de las Galaxias? Pues algo así, pero con una experiencia sensorial mucho más rica.
En definitiva, se trata de crear un ambiente que me haga atractivo para mis potenciales parejas. En este primer contacto, pues, tendrán mucho más que mi fotos y frases. Será una experiencia 360º de lo que quiero mostrar, poniendo el acento en lo físico (la importancia de la primera impresión) o en otros aspectos que quiera destacar más: un compañero fiable, mi capacidad para hacerla reir, mi creatividad, etc.
Completado el perfil, ya podré entrar en mi cuenta y encontrarme con las personas afines que me va a mostrar Tinder.
Sign in
Entraré en la aplicación con unas gafas de realidad virtual, además de unos guantes hápticos que me permitirán tocar los objetos sintiendo el tacto en mi piel, haciéndolo prácticamente indistinguible del mundo real. Las acciones y gestos con los guantes serán el equivalente a mi interacción con los dedos sobre la pantalla del smartphone.
Por fin estaré dentro del Metaverso. Sumergido en Internet tan cómodo como me siento en la butaca de un cine, veré desfilar ante mí perfiles de personas en sus escenarios virtuales, del mismo modo en que se proyecta una película, con la diferencia de que viviré la experiencia en 3D, tecnología con la que ya estamos familiarizados porque se ha usado en el rodaje muchas películas.
Buscando personas que me gustan
Con mis guantes podré interactuar con el escenario virtual disponiendo de unos controles básicos. Y digo básicos porque todavía la experiencia será limitada debido a que queda pendiente el me gusta recíproco- lo que conocemos como match- para poder tener una experiencia más cercana.
En un siguiente artículo anticiparemos cómo Tinder ampliará el catálogo de herramientas para poder relacionarme con mis match en un escenario virtual común. Así que por fin podré añadir a la vista las sensaciones hápticas, donde podré tocar los objetos y las personas con los guantes como si fuesen mis propias manos.
Con un gesto del brazo desplazaré a la persona- junto con su escenario virtual- a la derecha si me gusta, o a la izquierda en caso contrario. Si lo hago a la derecha me quedaré a la espera de si su acción es recíproca en las siguientes horas. Permaneceré en el Metaverso, o volveré más tarde si tengo cosas que hacer en el mundo real.
Haciendo match
En tiempo real, si tengo las notificaciones de la aplicación activadas, me llegará el aviso a través de un audífono conectado a Internet, que será el equivalente a las notificaciones que recibimos hoy en el móvil.
Volveré a entrar en el Metaverso y podré tener la primera conversación con mi match cara a cara, cada uno con el avatar que haya configurado. Entre los dos podrán elegir un escenario inmersivo donde tener un alegre intercambio: la orilla de una playa con el mar de fondo, un parque en la ciudad, un bar tomando un café …
¿Cómo será esta experiencia inmersiva? Mucho más rica sensorialmente que el simple chat que utilizamos hoy, pues entrarán en juego la vista y también el tacto, para darnos por ejemplo un beso de presentación.
Logout
Hasta aquí este primer viaje por el Metaverso en busca de pareja. No te pierdas la segunda parte; la tendrá en breve en tu buzón de correo electrónico.